Cómo Apple transforma la publicidad en arte con Pedro Pascal y Spike Jonze

Apple convierte su campaña con Pedro Pascal en una obra de storytelling emocional. ¿Publicidad o cine? Una lección de marca que trasciende el producto.

Apple lo ha vuelto a hacer. Con Someday, su nueva campaña para los AirPods 4, la marca demuestra que un anuncio puede ser una obra cinematográfica que conmueve, inspira y, sí, también vende. Dirigida por Spike Jonze y protagonizada por Pedro Pascal, esta pieza de cinco minutos y medio redefine los límites entre publicidad y arte.

Un relato que transforma el dolor en movimiento

La historia comienza con Pascal, abatido tras una ruptura amorosa, caminando por una Nueva York gélida y melancólica. La atmósfera está teñida de tonos grises y azules, acentuada por la canción “El conticinio” de Guitarricadelafuente. Sin embargo, al activar la cancelación de ruido de sus AirPods 4, el entorno se transforma: colores cálidos, música vibrante y una coreografía que simboliza la liberación emocional. La canción “Perfect” de Sam i, en colaboración con Tropkillaz, Bia y MC Pikachu, marca este renacer.

La estrategia detrás de la emoción

Apple, junto a TBWA\Media Arts Lab, no presenta un producto; ofrece una experiencia. La narrativa no se centra en las especificaciones técnicas de los AirPods 4, sino en cómo estos pueden transformar la percepción del mundo. La tecnología se convierte en un catalizador emocional, una herramienta para reconectar con uno mismo.  

Lecciones para marcas y creativos

  1. Narrativa centrada en el usuario: Más allá de las características del producto, lo que importa es cómo mejora la vida del usuario.
  2. Colaboraciones auténticas: La elección de Pedro Pascal y Spike Jonze no es casual; ambos aportan autenticidad y profundidad al relato.
  3. Estética cuidada: Cada elemento visual y sonoro está meticulosamente diseñado para evocar emociones y conectar con la audiencia.

Conclusión

La campaña Apple Pedro Pascal no es solo un anuncio; es una lección magistral de storytelling emocional. Demuestra que, cuando se combinan narrativa, estética y autenticidad, la publicidad puede trascender y convertirse en arte.

Artículos relacionados